Hacia fines de la década de 1960, la zona de Sarandi Este, perteneciente a la Diócesis de Avellaneda, se encontraba con una falta de atención espiritual, que se sumaba al crecimiento de sectas y otras iglesias cristianas evangélicas.
El origen de la creación de un núcleo dedicado a venerar a nuestra Madre, la Virgen María, se debe al pensamiento de Mons. Eduardo Francisco Pironio.